Soy estudiante, este año termino el grado en la universidad y estoy haciendo de becaria desde junio. Las casi cuatro horas que gasto al día en ir y volver al trabajo o a la universidad hacen que quiera independizarme cuanto antes, pero parece que hoy en día es una misión imposible. Además, las ayudas, cada vez más escasas, y otras opciones de acceder a una vivienda asequible no facilitan el proceso. Para inscribirse en una convocatoria de pisos de protección oficial o alquileres de obras sociales de algunas entidades hay que estar empadronado en la ciudad en cuestión. Este requisito es totalmente incoherente con el objetivo de este tipo de ayudas.
La verdad, como muchos otros jóvenes, cada vez me siento más atraída por la idea de irme al extranjero, las nuevas generaciones emigraremos para emanciparnos.- Berta Vendrell i Pausas. San Climent de Llobregat, Barcelona.
Durante años hemos recibido miles de inmigrantes que buscaban hacer de este país un hogar donde empezar de nuevo. Hoy, los datos de paro históricos han empezado a invertir la balanza, y España se está volviendo a convertir en una fuente de emigrantes que, ¡sorpresa!, ven en América Latina una oportunidad de construirse un futuro mejor. Después de años en que la Administración pública no ha tratado especialmente bien a los recién llegados, ahora nos toca bajarnos los humos y esperar que los otros países nos traten mejor de lo que nosotros hemos hecho.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de diciembre de 2011