Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
CARTAS AL DIRECTOR

Hay que acabar con la corrupción

Qué buen artículo el de Rosa Montero sobre la corrupción, cómo acierta al afirmar que es la laxitud ética uno de sus ingredientes. También añadiría yo la cercanía a la tentación; como dice un buen amigo, "susceptible de ser corrupto es todo aquel que tiene posibilidades de contratar".

Pero es más censurable aun cuando se da en el estamento público, porque el personal público que se corrompe -ya sea este funcionario, contratado laboral o político (se nos olvida que los políticos entran también en esa categoría, pues cobran a cargo de los presupuestos)- ensucia con sus actos la imagen de lo público, nos ensucia a todos menoscabando así la confianza de la sociedad en ese término. Un servidor público debería ser sancionado aun con más dureza por el solo hecho de serlo, porque el daño que hace es mucho mayor.

Mientras intentamos cambiar la ética y la cultura hay que seguir persiguiendo esas actuaciones. Por eso es de aplaudir la creación de la Oficina Antifraude Catalana, Madrileña, Andaluza, Española, Europea, Mundial,... y quién sabe cuantos universos más alcanzados por ese mal.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 16 de diciembre de 2011