Por segunda vez, América Latina ve detenido su crecimiento y se ve empujada a una recesión, por el mal manejo de la política económica en los países del norte.
En 2007-2009, se debió a la crisis financiera y recesión global que, originada en Estados Unidos, se propagó a Europa y resto del mundo. En la actualidad, se debe a la increíble locura de los líderes europeos, que creen que con austeridad y solo austeridad se detiene una crisis financiera y se supera una recesión. Pero hay una diferencia: en 2007-2009 la Reserva Federal de Estados Unidos puso a disposición de los países de América Latina cifras significativas de liquidez en dólares para capear el temporal. A la inversa, el Banco Central Europeo no lo ha hecho ya que no entrega recursos ni a los propios países de la eurozona.
Olvidándose que desde principios del siglo XX, cuando fueron creados los bancos centrales, su principal objetivo ha sido velar por el equilibrio de los mercados financieros -y no solo defender la estabilidad de precios-. El coste de la irresponsabilidad del liderazgo europeo lo pagan así no solo los habitantes de Europa, sino también los de muchas regiones del mundo. Tema que merece un tratamiento en Naciones Unidas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de diciembre de 2011