Los navarros Berri Txarrak están consiguiendo con Haria, su séptimo disco, romper dos barreras: la primera, la que convierte el rock duro, pero duro de verdad, en un estilo marginal. La segunda, aún más difícil, la que hace que los grupos que cantan en euskera apenas puedan salir del País Vasco y ciertas zonas de Navarra. El hecho de que actúen en Madrid el martes, en un espacio como el Hard Rock Café y propiciado por la iniciativa A solas, de la cadena de televisión Sol Música, demuestra que han desbordado las expectativas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de diciembre de 2011