Leo en la prensa que nuestros gobernantes estudian la posibilidad de crear un banco malo para limpiar activos financieros tóxicos. Concluyo, por tanto, que las entidades financieras responsables en gran parte de la situación ruinosa en que nos encontramos son "bancos buenos". Escalofriante. Si los buenos nos han hecho esto, qué no podrá hacer el malo.
Esto recuerda la película El bueno, el feo y el malo, en la cual sus protagonistas, pistoleros, persiguen dólares y no reparan en matar. En la vida real unos actores, banqueros y políticos, buscan beneficios de una forma igualmente despiadada y, al igual que en la película, colaboran entre sí para lograrlo (indultos y otras contrapartidas); lo malo es que el resto del elenco somos nosotros (trabajadores, pensionistas, escolares, enfermos...) y nos ha tocado ser víctimas.
¿Para cuándo la creación de un "Congreso malo" en el cual colocar los "activos políticos tóxicos"?-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de diciembre de 2011