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Fotonoticia:

La heladora bienvenida navideña del príncipe Alberto.

El príncipe de Mónaco no ha dudado en ponerse el bañador a pocos días de la entrada oficial del invierno por una buena causa. El soberano, emulando la antigua profesión de su esposa, Charlene Wittstock, se ha bañado en las frías aguas del Mediterráneo de Mónaco para recaudar fondos para una asociación tailandesa. Con él, otros tantos valientes que han combinado el atuendo playero con adornos más propios de la Navidad como los típicos gorros de Papá Noel.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de diciembre de 2011