El Ballet Imperial Ruso continúa su temporada en el teatro Compac Gran Vía tras el convincente y renovado Cascanueces con El lago de los cisnes (hasta el 22 de enero), en una producción ideada por su director Gediminas Tarandá inspirada, con detalles recogidos fielmente, en la coreografía canónica de Marius Petipa y Lev Ivanov. La eterna partitura de Chaikovski con la dicotomía entre el bien y el mal representada por el personaje dual de Odette (Cisne Blanco) y Odille (Cisne Negro) demuestra, una vez más, su vigencia y elevada poesía.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de diciembre de 2011