Me produce escalofrío cada vez que desaparece un periódico, que es al fin y al cabo la desaparición de una opinión más a la hora de respetar la libertad de expresión.
La semana pasada se despidió ADN, periódico gratuito de gran raigambre y opinión equilibrada, fiel compañero de tantos y tantos viajes en transporte público durante los últimos años, dejando un vacío difícilmente rellenable con otros medios.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de diciembre de 2011