Tarde del 23 de diciembre, voy al centro de la ciudad a comprar.
No lo encuentro, como otros años, lleno de gente atareada con las últimas compras navideñas. Los comercios están vacíos. Muchos anuncian cierres. Es la crisis. Pero los hipermercados están hasta arriba. La crisis ha hecho que se abandone el pequeño comercio, no todo.
¿Qué va a ser de nosotros? Si cierran las tiendas familiares, el comercio de barrio, las tiendas de ropa, deportes, libros, electricidad, alimentación, y todo termina siendo vendido en hipermercados que destruyen seis veces más empleos de los que crean cuando se instalan en una ciudad, ¿en qué vamos a trabajar? Si cierran las fábricas de textil, zapatos, alimentación, muebles, cocinas... y todo termina siendo fabricado por multinacionales que producen en países donde no hay regulación laboral ni ambiental, ¿por qué salarios vamos a trabajar? ¿Es así como confía España en salir de la crisis?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de diciembre de 2011