"Una magnífica experiencia. Es increíble cómo los delfines conectan con nosotros". Con esas palabras resumía Cristiano Ronaldo en su Facebook la emoción de nadar junto a cetáceos en las aguas del Océano Índico. El delantero del Real Madrid disfrutó de unas paradisíacas vacaciones junto a su novia, la modelo rusa Irina Shayk, en las islas Maldivas, pero, antes de embarcarse de vuelta a Madrid, hizo una escala en Dubái. Allí, la Conferencia Internacional de los Deportes le entregó el reconocimiento al mejor futbolista del año y el portugués aprovechó para gozar de la ostentación del país junto a su chica.
No todo fueron lujos. Ronaldo visitó el miércoles un centro de niños autistas y firmó decenas de autógrafos y camisetas de sus pequeños seguidores.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de diciembre de 2011