Si el fin del mundo llega en 2012, como pronostican los mayas, el compositor Jesús Torres ya le ha puesto banda sonora. La Semana de Música Religiosa de Cuenca le encargó, a principios de 2011, una obra coral para las trompetas del Apocalipsis en conmemoración de los 50 años del festival. Apocalipsis resultó un éxito en la ciudad manchega y en su reestreno en el Auditorio Nacional.
Miembro de una generación de compositores que está demostrando que España tiene mucho que decir en el ámbito clásico internacional, Torres estará este año en todos los grandes coliseos de la capital. Estrena en marzo su Concierto para violín y orquesta en el Monumental con ayuda de la orquesta de RTVE, dirigida por su nuevo director, Carlos Kalmar. Torres tiene formación violinística y por eso este concierto lleva mucho de sentimiento y de espera. "Siempre he ido alargando lo de hacer un concierto de violín porque quería tener la suficiente madurez como compositor", comenta.
El panorama internacional le ha dado el visto bueno a su obra: su música, a caballo entre la tradición y la vanguardia, se interpreta este enero en el Carnegie Hall de Nueva York, ha pasado por el Centro Internacional de Percusión de Ginebra y por otras salas como el Auditori de Barcelona, el Instituto Cervantes de Viena o el Auditorio Nacional. Precisamente, al coliseo de Príncipe de Vergara volverá este año una de sus obras, Diferencias, de la mano de uno de los mejores conjuntos del mundo, el parisiense Ensemble Intercontemporain. Y también estará presente en el Teatro Real, donde se tocará Poética, una obra para clarinete, violín, violonchelo y piano de una sensibilidad extrema.
Zaragozano de nacimiento y madrileño de adopción desde los 10 años, está orgulloso de que su obra "se interprete por todo el mundo sin necesidad de que yo salga de Madrid". Para 2012, más grandes momentos: compone una pieza para los 20 años de una logia masónica española titulada Laberinto de silencios, estrenará Tenebrae -una pieza basada en un responsorio de Semana Santa de Tomás Luis de Victoria- en el Congreso Mundial de Saxofón en Birmingham, y dará forma a una ópera que aún es "solo un proyecto" basada en la adaptación que hizo Fermín Cabal de Medea para el Festival de Mérida, con gran orquesta y coro femenino. Y puede que el año culmine con el Premio Nacional de Música, un galardón para el que lleva años haciendo méritos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de diciembre de 2011