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Lento avance de la receta electrónica

Herramientas tecnológicas como la historia clínica y la receta electrónica permiten acabar con trámites burocráticos que se comen mucho tiempo de las consultas. También consiguen evitar visitas innecesarias de los pacientes que, muchas veces, deben ir a consulta solo a recoger la prescripción. Un enfermo crónico, por ejemplo, se ve obligado a acudir como mínimo 13 veces al año solo para recibir la receta con la que comprar los fármacos que toma a diario. Algo que la receta electrónica evita.

El avance de esta fórmula de prescripción, que funciona viento en popa en países como Suecia o Noruega, todavía es muy lento en España. Solo Andalucía, Baleares, Cataluña, Extremadura y Galicia la han puesto en marcha de forma efectiva, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad. A otras comunidades, como Castilla La-Mancha o Madrid, aún les queda un largo camino por recorrer. Así, su aplicación solo está disponible para el 26% de la población, según datos del ministerio.

Sin embargo, la receta electrónica se ha demostrado una herramienta efectiva. En su último informe sobre las tecnologías aplicadas a la salud, Sanidad afirmaba que estas habían logrado reducir un 30% la frecuentación ambulatoria. En Andalucía, donde la prescripción electrónica alcanza al 99,8% de la población, ha permitido reducir un 18% las consultas, según datos de la consejería de Salud. Además, desde su puesta en marcha en 2003, ha supuesto para el sistema un ahorro acumulado de 3,1 milones de euros al evitar los talonarios de recetas.

Así, el beneficio es claro. Los expertos estiman que por cada euro que se invierte en estas herramientas se recupera casi el doble. No obstante, el presupuesto para ellas apenas supone el 0,9% del presupuesto total para sanidad.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de diciembre de 2011