He tenido la gran oportunidad de poder trabajar con Mario en varias ocasiones y poco a poco he ido comprobando su talento, su generosidad, su valentía, su fuerza de voluntad y su humildad. Es capaz de lo que él quiera con tal de proponérselo.
Se entrega a ti en cuerpo y alma para conseguir un trabajo desde la verdad.
Mario me inspira y me enseña.
Guardo en mi memoria secuencias de varios trabajos suyos. Secuencias que me fascinaron al verlas. Secuencias que me concentran. Secuencias que me provocan creer en la interpretación. Secuencias que siempre formarán parte de mí.
Lo más bello de Mario es lo que uno puede ver a través de sus ojos. Esos ojos que respetan, que buscan, que se arriesgan, que se apasionan y que se equivocan. Esos ojos que se comen el mundo.
Este solo es el principio de su larga carrera como actor.
María Valverde es actriz.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de diciembre de 2011