A Nico lo conozco desde que tenía 10 años, cuando inauguramos el circuito Ricardo Tomo en Valencia y la escuela de pilotos. Se apuntaron unos 300 niños, Nico, entre ellos. Hay pilotos con un don natural, en los que lo ves claro. No sucedió con Nico: iba bien, pero no destacaba. Nadie hubiera dicho que iba a ser campeón del mundo. Él ha trabajado más que los demás. Ha ido mejorando mes a mes. Se ha construido a sí mismo como piloto. A base de esfuerzo, método y sacrificio. Y puedo decir que sigue siendo el mismo, con ese punto de timidez, reservado, muy suyo. Equilibrado y respetuoso. Hace poco entregamos unos premios en la escuela de pilotos y vino él como invitado. Sacamos fotos y vídeos de sus primeros años. Allí estaban todos estos niños que se ven reflejados en él ahora. Y yo le decía: "Acuérdate de cuando eras como ellos y querías ser el que eres hoy". Espero y deseo que todo esto le sirva para ser mejor piloto. Que siga siendo un ganador, pero igual de humilde.
J. M. A., campeón mundial y director de Aspar Team.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de diciembre de 2011