Cuando leo las noticias constantes sobre la corrupción política en España, independientemente del partido que sea, no dejo de preguntarme ¿cómo es posible que, a estas alturas, aún no se hayan cambiado las leyes al respecto? Propongo que (aparte de la pena aplicable por el delito) les sean embargadas las cuentas a nuestras señorías y a sus familias hasta que devuelvan hasta el último euro.
De esta manera, dejarían de creer que en este país, para ellos, meter la mano en la caja es gratis.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de diciembre de 2011