Da pena ver cómo grandes empresas utilizan los medios del 15-M para sus campañas publicitarias.
He aquí el fallo del sistema: todo vale, para vender todo vale, en eso parece que consiste la libertad en estos días. Parte del movimiento se levantó pidiendo, entre otras cosas, un poco de ética a los mercados, a la economía, al sistema, a la oferta y la demanda o a como quieran llamarlo. Ellos responden usando, utilizando lo que vieron en las calles para vender más, para obtener más beneficio para conseguir sus objetivos y mejorar sus resultados.
Prostituyen la sincera indignación de una parte de la sociedad para generar ingresos a mansalva y aquí no pasa nada, lo terminamos por ver normal por ser algo habitual y cotidiano. Para mí es algo deplorable.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 6 de enero de 2012