El Ministerio de Fomento establece como "causa más probable" del embarrancamiento del pesquero vizcaíno Motxo en noviembre de 2010, en un biotopo protegido de la costa guipuzcoana entre Deba y Zumaia, la vigilancia "no eficaz" por parte del patrón del buque, que "llevaba once horas de guardia".
Un informe realizado por la Comisión permanente de investigación de accidentes e incidentes marítimos (CIAIM) señala que en el momento del accidente, en la madrugada del 4 de noviembre, el patrón era la única persona que se encontraba en el puente del barco y "es probable que su estado fuese de cansancio, aburrimiento o distracción".
Los técnicos que han elaborado el informe entienden que el vuelco del Motxo sobre la rasa mareal de Deba-Zumaia y la pérdida de combustible se produjo "a consecuencia de un plan de rescate mal definido, planificado y ejecutado". Dicen además que en la operación de rescate "se evidenciaron carencias organizativas, de formación, de toma de decisiones y de aceptación de responsabilidades". Indica que, desde el momento del accidente hasta su rescate, el buque se desplazó 300 metros, lo que dejó "un rastro perfectamente visible al ir rompiendo las capas de los estratos inclinados del flysch en el fondo de la zona intermareal", es decir, los plegamientos sedimentarios que albergan estos acantilados, de un gran valor científico. Según el informe, el patrón al mando declaró que "no fue consciente de la posición del buque y la cercanía de la costa hasta pocos minutos antes del embarrancamiento, momento en el que intentó virar a babor", lo que no pudo hacer a causa "del fuerte oleaje y las rompientes".
Por otra parte, el Grupo de Expertos no Gubernamentales del Sistema Mundial de Socorro (GENGSMS) cree que el informe sobre el embarrancamiento del Motxo "cuestiona a la autoridad competente y deja en el aire muchas preguntas para el caso de una nueva catástrofe marítima con episodio contaminante".
Durante el accidente del Motxo, nueve personas fueron rescatadas sin que resultaran heridas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 6 de enero de 2012