Soy funcionaria, administrativa, y después de la esperada y mal recibida noticia de la congelación de sueldo y subida del IRPF, manifiesto que voy a congelar mi consumo a partir de ahora. Congelaré a la compañía eléctrica, a la del gas, a la del agua, a la del teléfono, a las compañías aéreas; también congelaré al pescadero, al panadero, al carnicero, al frutero y tiendas del barrio, a los albañiles, fontaneros, a las gasolineras, a la empresa municipal de transportes, a la tabacalera, a la primitiva, a las zapaterías, a Renfe, a hoteles, a restaurantes, a cines, a teatros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 9 de enero de 2012