En mayo de 1946, acaba la Segunda Guerra Mundial, Pablo Picasso donó a los griegos por su resistencia frente a los nazis un pequeño óleo, Cabeza de mujer, pintado en 1939, en una época de extrema sensibilidad del pintor español ante el avance de los fascismos. El cuadro podía verse hasta la pasada madrugada en la Galería Nacional de Atenas, donde fue sustraído por unos ladrones, que también se llevaron Molino (1905), del holandés Piet Mondrian, y un dibujo del artista renacentista Guglielmo Caccia. En el jardín dejaron abandonada otra obra que no pudieron llevarse y que encontró poco después la policía, según publicó el diario griego To Vima.
La policía ha explicado que, aunque el robo se produjo sobre las 2.30 del lunes, los ladrones habían neutralizado previamente la alarma del museo y forzado la puerta la tarde anterior. De hecho, horas antes del robo, los cacos (cuyo número no ha sido precisado por las autoridades) provocaron falsas alarmas en distintas salas para confundir al vigilante.
El guardia del turno de noche ha indicado que cuando sonó la alarma de madrugada solo vio a una persona que abandonaba corriendo el edificio y que, tras inspeccionar la zona, se percató de la ausencia de las pinturas robadas. Los responsables policiales calculan que apenas pasaron siete minutos entre el momento en que los autores del robo entraron en el edificio y la huida con las piezas.
El Ministro de Protección al Ciudadano, Jristos Paputsís, criticó ayer las medidas de seguridad en el museo, que consideró "prácticamente inexistentes", informa Efe. Paputsis aseguró que el guardia reaccionó "con retraso" y tardó en contactar con la compañía privada de seguridad encargada de la vigilancia del edificio, que a su vez tampoco reaccionó con celeridad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 10 de enero de 2012