La canciller Angela Merkel y el presidente Nicolas Sarkozy intentaron ayer en Berlín exhibir firmeza en su plan para salvar el euro y, por primera vez, incorporaron el crecimiento y el empleo a su discurso sobre la crisis, centrado siempre en la austeridad y el déficit.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 10 de enero de 2012