En esta Valencia de nuestras entretelas, cuando a una banda le toca lidiar con salas más pequeñas que las que por público potencial se les presupone, no le queda más remedio que adaptarse al medio. En la mayoría de las ocasiones, eso se logra con mayores dosis de arrojo. Porque al mismo tiempo que las ligas también se ganan en terrenos reducidos y embarrados, lo mismo puede decirse de una sala como Wah Wah, que pese a haber mejorado ostensiblemente sus condiciones sonoras, no puede escapar a la supresión de matices. En ese sentido, la actitud de la banda de Brooklyn fue irreprochable, añadiendo un punto de ebullición que quizá faltó en su última visita portuaria de hace dos años.
THE PAINS OF BEING PURE AT HEART
The Pains Of Being Pure At Heart. Kip Berman: voz y guitarra; Peggy Wang: teclados y voz; Alex Naidus: bajo; Kurt Feldman: batería; Chistoph Hocheim: guitarra. Wah Wah. Valencia, martes 10 de enero de 2012.
Su alquimia es tan equilibrada -basculando siempre entre el shoegaze y los modismos indies de los últimos 80-, aplicada y certera como en exceso académica: que nadie espere en directo salidas de tono o vías de servicio que se desvíen de sus apetitosas rodajas discográficas. Que nadie aguarde algo que no sean medidas dosis de fuzz guitarrístico ahogando melodías canónicas, trazadas a escuadra y cartabón. Y que nadie desespere por ello, porque no es más que el sino de los tiempos. Ese que dicta la prodigiosa capacidad de las nuevas generaciones para mimetizar giros previos a su nacimiento, aunque inevitablemente con menos alma. Pese a que de vez en cuando la chispa prenda hasta generar ese efímero entusiasmo que le hace a uno creer que vuelve a vivir en 1989, como cuando enlazaron las mayúsculas Heaven's Gonna Happen Now, Teenager In Love y Come Saturday.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 12 de enero de 2012