Con la vía de ingresos atorada por la recesión, al sector financiero solo le queda el recorte de costes. En un estudio para la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), el catedrático de la Universidad de Valencia, Joaquín Maudos, asegura que aún se puede recurrir a las fusiones, que ya han adelgazado de forma contundente el sector de las cajas (ha pasado de 45 a 15), para aflorar reservas con las que afrontar saneamientos pendientes y recortar gastos.
Ese recorte se traduce en menos oficinas y más despidos. Desde septiembre de 2008 se han cerrado casi 5.500 sucursales y la plantilla se ha reducido en 13.277 personas. Maudos plantea que aún se podrían cerrar, al menos, otras 1.400 oficinas. Y eso sin tener en cuenta los solapamientos por las nuevas fusiones.
El informe, presentado por Carlos Ocaña, director general de Funcas y exsecretario de Estado de Hacienda, reclama "sanear en mayor medida" el activo del que dudan los mercados financieros, las viviendas y suelos con los que se han tenido que quedar los bancos por impagos, y también, los créditos vinculados a la actividad inmobiliaria.
Eso permitiría a la banca poner un precio mucho más bajo a sus activos y, de paso, contribuiría a reanimar el mercado inmobiliario. Maudos saludó el plan del Gobierno de exigir al sector 50.000 millones más en provisiones para cubrir las pérdidas potenciales, pero pidió que se detallen las vías de financiación, pues las fusiones y los beneficios pueden no bastar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 12 de enero de 2012