"Para no dañar la imagen y el prestigio de la Generalitat". Así justificó ayer Josep Prat, presidente del Instituto Catalán de la Salud (ICS) -la mayor empresa pública de Cataluña que gestiona los centros sanitarios públicos de la comunidad- su dimisión de los cargos en el sector sanitario privado. El alto cargo del Departamento de Salud pone así fin a la acumulación de empleos que reveló EL PAÍS y que habían indignado a la oposición y a los ciudadanos por un presunto conflicto de intereses que la Generalitat ha negado siempre. "No son cargos incompatibles", insistió en defender el consejero de Salud, Boi Ruiz, tras conocer la dimisión.
Prat compaginaba la dirección del ICS con la vicepresidencia del consejo de administración de USP Hospitales, uno de los mayores grupos sanitarios privados de España, que posee cuatro centros sanitarios en el área metropolitana de Barcelona y Girona. Entre ellos destaca el Instituto Dexeus, cuya fundación mantiene un contrato con el Departamento de Salud desde 2009 para prestar servicios a la sanidad pública catalana por un importe de 360.100 euros.
Desde la presidencia del ICS, la labor de Prat consiste en trocear esta empresa en una veintena de compañías abiertas a colaboraciones con el sector privado. Ello generó suspicacias sobre sus decisiones como gestor público, por si pudieran beneficiar sus negocios como empresario. "Quizá no es ilegal pero sí inmoral", señaló sobre este asunto el responsable de sanidad del PSC, Josep Maria Sabaté.
Prat dimitió también de la dirección general de Innova, grupo empresarial público del Ayuntamiento de Reus (Tarragona) que también agrupa a una decena de hospitales y centros sanitarios.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 12 de enero de 2012