El nuevo retraso que sufrirá la puesta en marcha de la línea 2 del tranvía de Alicante ha puesto en pie de guerra a toda la ciudad: desde sindicatos hasta al equipo de gobierno del PP. También al Síndic de Greuges, que ayer anunció la apertura de una queja de oficio para investigar el retraso de ocho meses anunciado esta semana por la Consejería de Infraestructuras al dejar desierto el concurso existente y esbozar la convocatoria de un nuevo proceso.
El Síndic de Greuges, José Cholbi, defendió la "importancia y prioridad" de una línea en la que la Generalitat ha invertido más de 100 millones de euros y que está terminada desde febrero del año pasado. La línea unirá el centro de la ciudad con el campus universitario de Sant Vicent del Raspeig y en su recorrido atraviesa algunos de los barrios más poblados de Alicante. El concurso para la adjudicación de la gestión de esta línea fue redactado por el equipo del anterior consejero de Infraestructuras, Mario Flores, y contó con una sola oferta: la presentada por la UTE formada por el grupo Vectalia (que gestiona también el transporte de autobús urbano e interurbano) y Vossloh. La nueva consejera de Infraestructuras, Isabel Bonig, decidió el martes dejar desierto el concurso porque las contraprestaciones económicas que preveía son "inasumibles" para el Consell. La intención es redactar un nuevo pliego menos gravoso para las deterioradas arcas del Consell.
Por otra parte, la Plataforma Alacant per un Tranvia Públic calificó de "nueva burla" el retraso anunciado por Bonig para esta línea llamada a ser la de mayor afluencia y reclamó su gestión pública, así como su "inmediata" puesta en marcha.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de enero de 2012