Llega con ánimo de aprender. Después de que el cazatalentos Seeliger y Conde seleccionase a este ingeniero de caminos formado en EE UU y de que Tomás Pascual le fichase, Ignacio García-Cano está familiarizándose con Leche Pascual. Una visita a la fábrica de Aranda de Duero (Burgos) y reuniones con los principales directivos de la compañía que aún conserva intacto y vacío el despacho del patriarca, fallecido en 2006, han sido sus primeros pasos.
A sus 51 años, el director general de Leche Pascual afronta una nueva etapa en su carrera, dice. Desembarca por primera vez en una empresa española, tras desarrollar su carrera profesional en dos multinacionales: Johnson & Johnson (de donde procede y en la que ejercía de presidente y consejero delegado para España) y Procter & Gamble (P&G). Y, sin embargo, García-Cano asegura que su función no va a ser responsabilizarse de la internacionalización que el grupo alimentario pretende impulsar. Será el consejero delegado de la Corporación Empresarial Pascual y presidente de Grupo Leche Pascual quien tome la batuta de este proceso, de la estrategia y los otros negocios, indica su segundo de a bordo.
Tomás Pascual elige de segundo a un directivo forjado en el exterior
Pero no cabe duda de que se apoyará en la experiencia exterior de García-Cano. No en vano, ha vivido en Nueva York, donde tras estudiar en la Universidad de Columbia comenzó a trabajar en P&G, en la que permanecería 15 años ocupando distintas funciones en Madrid, Ginebra y Bruselas. Desde allí fichó por Johnson & Johnson como director general de Portugal, luego para Europa Central y del Este, y finalmente para España (eso sí, teniendo a su cargo Portugal y Grecia). Otros 13 años.
García-Cano mantiene que la internacionalización de Pascual va a ser solo una de las patas en que se apoye su crecimiento futuro, que también "será orgánico, a través de la innovación y la compra de empresas". Y aquí entra en escena su bagaje en marketing, del que el grupo tirará para conservar la cuota de mercado en productos como la leche, los cereales, el agua y los zumos, donde ha perdido fuelle.
"Seguir creciendo es la ambición de este grupo que facturó 800 millones de euros en 2011 y tiene una plantilla de 2.500 personas. Somos conscientes de la crisis, pero estamos convencidos del valor de la calidad que ofrecemos. Vamos a hacer una apuesta grande por la innovación, dotándola de más recursos e inversiones", dice tras advertir que "Grecia ha sido una escuela enorme sobre la crisis".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 15 de enero de 2012