Gabriel Escarrer, vicepresidente y CEO de la cadena Sol Meliá, conoce más de 80 países. Sus fines de semana los pasa de hotel en hotel pero cuando puede coge a su familia y desaparece dos semanas. La última vez, en Navidades, se fueron a la Riviera Maya.
Los mayas pronosticaron el apocalipsis este año...
Sus conocimientos astronómicos y su manera de medir el tiempo no tenían parangón en el mundo del momento. Predijeron un cambio de ciclo; creo que la crisis mundial podría ser un indicio.
¿Eso lo cuentan en las pirámides?
En Chichén Itzá, la más impresionante, no solo hay una pirámide. Debajo de la estructura que se puede visitar hay construida otra. Y tenían todo preparado para acabar una tercera en 2012.
Ha vuelto convencido...
Cuando viajo, me intento impregnar al máximo de todo. Me convierto en un local.
¿Comió en sitios auténticos?
En varios, pero me quedo con el comedor de empleados de nuestro hotel. Fue donde probé la auténtica comida mexicana y el verdadero picante.
Le pondrían de más por ser el jefe.
Aguanto bien el chile, por lo que se convirtió en una de las mejores experiencias gastronómicas de mi vida. En los restaurantes suavizan los sabores, no especian tanto y se pierde la esencia de su cultura.
¿Visitaron otros lugares?
Organizamos varias salidas. Fuimos a Mérida para ver la arquitectura colonial, caminamos mucho e hicimos snorkel en el Arrecife Mesoamericano. Y fuimos a Isla Mujeres para ver las tortugas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de enero de 2012