Muy mal encaminado va un país cuando llega la hora de apretarse el cinturón, y lo hace hipotecando su futuro: comprometiendo la educación y la sanidad. En la economía familiar, cuando vienen mal dadas, lo primero es eliminar los gastos superfluos para poder mantener aquellos de primera necesidad. Pero en España, queremos reinventar la rueda: mantendremos pensiones vitalicias, coches oficiales, fórmulas 1, políticos con múltiples sueldos... Y todo a cambio de recortes sociales, en educación y en sanidad.
No me niego a que se optimicen los recursos de la Administración, es más, creo que es necesario y todo es siempre mejorable. A lo que me niego es a que con mis impuestos, los de todos los españoles, que somos los que trabajamos, se continúe pagando la mala gestión que de nuestro dinero hace la clase política. Es mi dinero, nuestro dinero, el de todos los españoles, y con él, elijo que primero se pague a profesores, médicos, bomberos, policías, guardias civiles, funcionarios, luego a los proveedores, y por último, a aquellos que gestionen bien nuestro dinero.
Dice Montoro que reclamará penas para aquellos gestores públicos que malgasten el dinero público. ¿Y piensa actuar con retroactividad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 23 de enero de 2012