El alcalde de Cabanas, Germán Castrillón, del PP, firmó ayer un decreto de paralización cautelar de las obras que el empresario Fermín Duarte, había emprendido sin licencia municipal en un monte de la parroquia de Laraxe. Allí amontona buena parte de los residuos asfálticos que importó de Holanda y que están en el origen del caso Arena que lo vincula al exdiputado popular, Javier Escribano. Ambos están imputados por cohecho y tráfico de influencias.
Todo lo que ha ocurrido en esta parcela forestal propiedad de Duarte desde agosto de 2009 ha sido un cúmulo de despropósitos que no frenó ni el Ayuntamiento ni la Xunta. Primero, el industrial se dedicó a apilar sin ningún tipo de permiso unas 60.000 toneladas de arenilla de alquitrán y betún que vendía como árido reciclado sin serlo. Hizo de un terreno rústico de 27.900 metros, en Vilar do Colo (Fene), su vertedero privado. El residuo contaminó el río Baa y este "error" -así lo admitió Duarte- le valió una sanción de 901,52 euros de Aguas de Galicia que, no obstante, no vio inconveniente para otorgarle en marzo de 2011 un permiso para apilar sobre el mismo terreno su zahorra contaminante. Sin embargo, Medio Ambiente le requirió unas obras de acondicionamiento -cubierta y gavia perimetral- que no emprendió hasta que la causa judicial saltó a los medios de comunicación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 24 de enero de 2012