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CARTAS AL DIRECTOR

Nuevas soluciones

Hay que buscar a los mismos problemas nuevas soluciones. Eso es lo que cabe esperar de un nuevo Gobierno, porque si solo remata la reforma laboral, sigue adelante con la reforma de las pensiones y reforma las Administraciones públicas no conseguirá que nuestro Estado de bienestar tenga el nivel que nos gustaría tener a la mayoría de los españoles.

El problema de competitividad en España tiene que ver con nuestra escasa capacidad tecnológica, que se pone de manifiesto, por ejemplo, al observar que en nuestros hospitales los equipos españoles brillan por su ausencia. Nuestra política de I+D ha logrado que seamos la novena potencia mundial en artículos científicos, pero no ha conseguido que superemos el puesto 42º en competitividad y ha hecho que nuestro paro sea el triple del de Alemania. No está de más recordar que incluso en épocas de bonanza económica nuestro paro ha sido siempre el doble del de ellos.

¿No habría que cambiar algo? ¿Qué es lo que hemos hecho mal? Pues no hemos promovido bien el desarrollo tecnológico (D) desde tiempos inmemoriales y hemos generado demasiados doctores científicos que han terminado dando clases en el bachillerato porque no había otro puesto de trabajo para ellos. No cabe menos que decir que hay que equilibrar la política científica con la política tecnológica y crear becas asociadas a proyectos de desarrollo de productos en los laboratorios de la Universidad, con el objetivo de que los fabrique y comercialice una empresa española ya existente o una empresa de nueva creación impulsada por el becario contratado con cargo al proyecto.

Sin tecnología propia no bajaremos el paro en muchos años, porque sin ella no puede haber innovación, que no es una actividad sino el resultado del desarrollo tecnológico que tiene éxito en el mercado. España es un país de servicios con los productos desarrollados por otros, y así nos luce el pelo. A lo peor alguno piensa bajar el paro volviendo a hinchar la burbuja del ladrillo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 25 de enero de 2012