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Crónica:

Tres números uno en un año

Azarenka arrebata a Sharapova el inestable trono femenino

"En la vida hay días buenos, días malos y días en los que nada funciona", dice, al borde de las lágrimas, María Sharapova. La tenista rusa acaba de perder (3-6 y 0-6) la final del Abierto de Australia y el número uno mundial en favor de la bielorrusa Victoria Azarenka, que llegó a sumar nueve juegos seguidos. Su desplome es un impulso más al vaivén del circuito femenino, huérfano de competidoras fiables. El torneo de Melbourne comenzó con seis candidatas al número uno. Tras la belga Kim Clijsters y la danesa Caroline Wozniacki, Azarenka es la tercera jugadora que ocupa el trono en el último año. Ha habido cinco campeonas diferentes en los cinco últimos grandes. Por primera vez en la historia, los cuatro torneos del Grand Slam tienen cuatro ganadoras distintas y todas primerizas.

En un pasillo, las dos rivales esperan para salir a la pista. Sharapova marcha la primera sin mirar a su contrincante. Azarenka escucha música y lleva echada la capucha de la sudadera igual que si fuera una boxeadora. Es una final grande. Un terreno inexplorado por la bielorrusa, que parece en manos de su experimentada contraria. Es 2-0 y 0-30 para Sharapova, que tiene a tiro la primera manga. El cambio de guion es brusco y retrata a la rusa como una tenista sin alternativas, esposada a su pega y pega. Del 2-0 se pasa al 3-6 y el 0-6.

"Me pilló con la guardia baja", dijo Azarenka sobre el inicio de Sharapova. "Estoy feliz de haberme mantenido humilde, luchando hasta que cambiara el momento. No tengo límites", añadió antes de irse de Australia como número uno mundial y estandarte de la renovación del circuito: en el ocaso de las hermanas Serena y Venus Williams, ya en la treintena, es su hora y la de la checa Petra Kvitova.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de enero de 2012