La candidatura de Chico y Rita al Goya demuestra la calidad de la animación española. Son trabajos que poco a poco han pasado de lo artesanal, pequeñas eclosiones de talento, a una industria algo frágil pero lucida, con largometrajes como El lince perdido o Arrugas. Los Oscar son ya un terreno habitual: ahí está la candidatura de La dama y la muerte. El Reina Sofía celebra esos años dorados y recorre en un ciclo incisivo y fructífero los dibujos, plastilinas y papel que hablan español tan a gusto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de enero de 2012