Oigo a mi alrededor hablar con entusiasmo de la Ciudad del Juego que, si sale adelante, creará 200.000 puestos de trabajo en la región de Madrid y atraerá más ingresos por turismo. Las exigencias de Sheldon Adelson para llevar a cabo este megaproyecto son, desde mi punto de vista, inadmisibles e inasumibles. Sin embargo, parece ser que las tres Administraciones están manteniendo conversaciones a este respecto.
Dice Esperanza Aguirre (véase EL PAÍS, 12-12-11) que "si hay que hacer cualquier modificación (legal) que esté dentro de mis principios, se hará".
Creo que nuestros intereses estarían mejor servidos con que plantearan aplicar algunas de las exigencias del señor Adelson a los emprendedores españoles, que los hay y muchos, para que de esa manera se crearan más empresa, y las que ya están no tuvieran que cerrar. Seguro que así no solo se crearían más de 200.000 empleos, sino que se aceleraría la recuperación económica. Pero me temo que esto no está dentro de los principios de la señora Aguirre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de enero de 2012