El fin de una aerolínea
La ministra de Fomento, Ana Pastor, aseguró ayer que tuvo que llamar personalmente a los responsables de Spanair para enterarse de qué estaba ocurriendo en la empresa. La falta de capital de la compañía no era un secreto, pero para lo que nadie estaba preparado era para que la aerolínea dejara de operar en solo unas horas.
"Ponednos un cartel que ponga: echad cacahuetes". Así replicaba con sarcasmo uno de los pocos empleados de Spanair que quedaba ayer en el aeropuerto de El Prat, en Barcelona. Los que aún continúan trabajando de cara al público siguen prestando sus servicios a través de los puntos de venta de billetes de la compañía, aunque sin vender ninguno.
Grecia amenaza con irrumpir como elefante en cacharrería en el Consejo Europeo de Bruselas, y de paso dinamitar casi todos los intentos de conjurar su anunciada bancarrota.
Son tres de las empresas más populares del mundo. Sus productos se usan en todo el planeta, están entre las compañías con más éxito, mayores ingresos, mayores beneficios y mayor valor en Bolsa. Fueron creadas por visionarios, disponen de los mejores programadores, de los mejores técnicos. Y, por lo que se ve, también tienen a los mejores asesores fiscales.
La compensación a los afectados por el colapso de Lehman Brothers está a punto de empezar, aunque será un proceso que tardará años en completarse. El primer desembolso se hará utilizando el efectivo disponible, por un valor de entre 8.100 millones y 10.700 millones de dólares (entre 6.150 millones y 8.112 millones de euros).