Esta prohibición interina estará en vigor hasta el 1 de marzo y afectará a las exportaciones de animales vivos (bovino, ovino, caprino, porcino y otras especies de biungulados). No obstante, el Reino Unido podrá pedir que se derogue la prohibición en su mercado nacional para permitir el movimiento de animales vivos entre distintas regiones.
En cuanto a la carne fresca, productos cárnicos, leche y derivados lácteos, se prohíbe su exportación, a menos que hayan sido obtenidos después del 1 de febrero de 2001 o que hayan sido sometidos a un tratamiento para evitar que se difunda el virus que provoca la fiebre aftosa.
Los servicios del comisario europeo de Salud y Protección del consumidor, David Byrne, han explicado que la fiebre aftosa no plantea ningún peligro para la salud humana, pero sí provoca grandes pérdidas a los ganaderos.
Esta enfermedad es altamente contagiosa entre el ganado rumiante y porcino, por lo que la aparición de brotes suele ser respondida con restricciones al comercio internacional de ganado y productos animales del país donde hayan surgido casos de la enfermedad.
La determinación tomada por Bruselas entra en vigor inmediatamente y será revisada el próximo 27 de febrero por el Comité Veterinario Permanente. Hasta entonces, la Comisión vigilará la situación en colaboración con las autoridades británicas para conocer mejor la importancia del brote.
La decisión ha coincidido con la del Ministerio británico de Agricultura que también esta tarde ha anunciado la prohibición temporal de las exportaciones de cerdos vivos, carne de porcino y leche por el brote de fiebre aftosa.
Hacía 20 años que en el Reino Unido no se conocía un brote de esta enfermedad, que no pone en riesgo la salud de los humanos y cuyo contagio es muy difícil, pero que puede suponer la aparición de erupciones cutáneas.