Desde la pasada medianoche, Argentina vive el séptimo paro general desde que comenzara el Gobierno de Fernado de la Rúa en sólo dos años de mandato. La protesta contra las nuevas medidas económicas para paliar la crisis arrastrará a todos los sectores. Los más afectados serán el transporte, la sanidad y las administraciones públicas. Los comerciantes no han dado una respuesta unánime y la banca abrirá sus puertas, aunque buena parte de su personal no acudirá al trabajo. Es previsible que el país quede paralizado. La convocatoria de las dos CGT (Confederación General del Trabajo), la oficial y la disidente, afectará a todos los servicios. De hecho, anoche comenzaron a notarse los efectos del paro general. En los hospitales sólo han funcionado las guardias mínimas; las recogidas de basura no han funcionado en Buenos Aires y para hoy se prevé un fuerte descenso en los servicios del transporte público. Ayer miércoles, las centrales sindicales comenzaron a calentar motores ante la convocatoria. Los sindicatos se manifestaron frente al Congreso de la Nación y pidieron la derogación de los superpoderes que el Parlamento otorgó al ministro de Economía, Domingo Cavallo.
SECTORES AFECTADOS POR LA HUELGA
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