A la administración Bush no le ha sentado nada bien que tanto la Unión Europea como Japón estudien medidas de represalia para contrarrestar al aumento de las tarifas aduaneras sobre las importaciones del acero impuesto por Estados Unidos.
En un comunicado hecho público por los servicios del Representante para el Comercio estadounidense se asegura que las medidas previstas por la UE y Japón "no tienen precedentes en la historia del sistema multilateral de reglamentación de diferendos de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y supondrán un golpe en pleno corazón" de la misma.
"La adopción de medidas unilaterales alentará a otros países miembros de la OMC a ignorar el sistema de reglamentación de los diferendos que Europa y Japón habían defendido hasta ahora de forma vigorosa", prosigue el comunicado.
"Como la misma Unión Europea ha subrayado, ningún país debe hacer justicia sin un examen previo de la querella por un grupo independiente y neutral de expertos", ha explicado la representante adjunta para el comercio, Josette Shiner.
Las medidas estudiadas por Bruselas y Tokio no son más que la respuesta al aumento temporal, de hasta el 30% de las tarifas aduaneras decididas por el presidente Bush para proteger las siderurgia americana contra la concurrencia de aceros importados.