El Producto Interior Bruto (PIB) de Estados Unidos creció un 6,1% en el primer trimestre, lo que supone una revisión al alza respecto al crecimiento del 5,6% estimado anteriormente, y representa el mayor crecimiento desde el segundo trimestre de 2000, según las estimaciones definitivas del Departamento de Comercio.
Este fuerte crecimiento, sorprendente tras la crisis del año pasado y los atentados terroristas del 11 de septiembre, es ligeramente superior a las previsiones de los analistas, que esperaban un incremento del 6%. En el cuarto trimestre de 2001, el PIB creció un 1,7%.
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Esta revisión al alza de estas cifras del primer trimestre no modifica los grandes parámetros económicos, como los gastos de consumo y la construcción de viviendas, que se mostraron sólidos durante este periodo. Así, la evolución positiva de la economía estadounidense en el periodo de enero a marzo se debe, tal como apuntó el departamento de Comercio en la anterior estimación, a la aportación de las
inversiones privadas, a las exportaciones, y a los inversiones fijas residenciales, factores que se vieron únicamente contrarrestados por la aportación negativa de las inversiones no residenciales.
Los gastos de consumo personal progresaron un 3,3%, una décima más que en la anterior estimación, mientras que en el periodo precedente crecieron un 6,1%. Las inversiones no residenciales se redujeron en un 6,2 por ciento, dos puntos menos que en la anterior estimación.
Las exportaciones de bienes y servicios se saldaron en el primer trimestre con un incremento del 2,8% en el primer trimestre, muy por debajo de la anterior estimación (5,3%), mientras que las importaciones también aumentaron un 8,3% (12,9% en la segunda estimación).