La economía alemana sigue sin levantar cabeza. Esta mañana, en su informe económico anual, el Gobierno de Berlín, ha rebajado medio punto su previsión de crecimiento, desde el 1,5 previsto anteriormente al 1%. Además, el Ejecutivo rojiverde prevé que el número de parados suba desde los 4 millones actuales a los 4,2 y que la tasa de inflación suba dos décimas, hasta el 1,5%, según los datos presentados por el ministro de Economía y Trabajo, Wolfgang Clement.
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Alemania, pese a esta corrección a la baja, hará un esfuerzo de disciplina presupuestaria y mantiene su previsión de déficit público para este año en el 2,85% del PIB, por debajo del límite fijado por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la zona euro (el 3%). Según Clement, "incluso con un crecimiento más débil [que el citado 1%] será posible contener el déficit por debajo del 3%".
En 2002, el déficit público alemán alcanzó el 3,7%, según las primeras estimaciones del Ejecutivo presidido por Gerhard Schroeder, por lo que el Gobierno de Berlín recibió fuertes reprimendas por parte de la Comisión Europea, que le exigía mayor rigor presupuestario.
La apreciación del euro
Respecto de la apreciación del euro frente al dólar, Clement ha afirmado que ésta es "positiva" y que el "punto crítico" a partir del cual la fortaleza de la divisa europea influirá negativamente sobre la competitividad de las exportaciones alemanas "todavía no se ha alcanzado". "Estamos actualmente en 1,08 dólares por euro y partimos de 1,17 dólares (cambio durante el lanzamiento de la moneda única en enero de 1999)", ha explicado el ministro.
Clement ha dejado así entrever que el nivel crítico al que se refería eran los 1,10 dólares, momento en el que la remontada de la divisa europea comenzará a pesar sobre las exportaciones alemanas, único motor actual del crecimiento alemán, que fue del 0,2% en 2002. En este sentido, varios responsables económicos alemanes, entre ellos el presidente del Bundesbank, Ernst Welteke, han mostrado su inquietud en las últimas semanas por el impacto que podría tener sobre sus exportaciones la apreciación demasiado rápida del euro.