La solidez de las empresas y el gasto de los consumidores propiciaron que la primera economía mundial creciese, en el tercer trimestre, a un ritmo aún más vigoroso de lo que Washington estimó el mes pasado. Concretamente, a una tasa interanual del 8,2%, desconocida en 19 años y medio.
Washington ha revisado hoy al alza el PIB del tercer trimestre, que eleva la tasa interanual del 7,2% al 8,2%, según ha comunicado hoy en un informe que refleja que los beneficios de las compañías del otro lado del Atlántico crecieron al mejor ritmo en 20 años.
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El dato final supone multiplicar en más de dos veces el crecimiento del 3,3% del segundo trimestre y significa el mayor empuje trimestral en 19 años y medio, así como ocho trimestres consecutivos de crecimiento. La revisión ha sorprendido a los analistas de Wall Street, que contaban ya con una revisión hasta el 7,8%.
Ritmo difícilmente sostenible
Los analistas advierten, no obstante, de que este ritmo es difícilmente sostenible a corto plazo, cuando dejen de notarse los recortes impositivos de la Administración Bush, y prevén un promedio de crecimiento del PIB del 4%.
El gasto de los consumidores, que contribuye en casi un 70% al crecimiento, ha sido revisado también al 6,4% interanual, dos décimas menos de lo estimado en un principio pero muy por encima del 3,8% al que crecía en términos interanuales hasta julio. El dato estuvo apoyado por las ventas de bienes duraderos, que crecieron un 26,5%, especialmente las de vehículos por la guerra de precios este verano, mientras que los bienes no duraderos aumentaron un 7,6% y los servicios, un 2,1%.
Por parte de los hogares, la fortaleza del mercado inmobiliario hizo aumentar las inversiones un 22,7%, la mayor subida desde el primer trimestre de 1992.
El dólar, débil
Mientras el dólar se mantenía débil, las exportaciones aumentaron un 11% después de tres trimestres sucesivos de caídas, mientras que las importaciones lo hicieron sólo un 1,5%. Así, la balanza comercial hizo una aportación al PIB de 0,9 puntos, su mayor contribución desde finales de 1996. Destaca el descenso del gasto militar en un 1,6%, tras el aumento del 46% por la guerra de ese país contra Irak.
En cuanto al gasto de las empresas, aumentó un 14%, y no el 11,1% de la primera estimación, lo que supone el segundo incremento seguido tras las bruscas caídas experimentadas desde finales de 2000.