El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, subrayó hoy su rechazo a "cualquier tipo de nacionalismo económico, sobre todo, en el sector de la energía" e incidió en que, para tener una voz única, los 25 no pueden proteger sus mercados de otros países miembros ni de sus agentes económicos. Bruselas quiere lo contrario: que un regulador europeo de la energía potencie las conexiones entre mercados.
Durante la presentación del Libro Verde sobre la energía, Durao Barroso rehúso comentar casos concretos, como los cambios legislativos en España para hacer frente a la OPA de E.ON sobre Endesa, pues ya están siendo analizados "con el mayor rigor y objetividad posible" por los servicios de la Comisión.
El presidente del Ejecutivo comunitario insistió en que el nacionalismo económico es contradictorio con la petición que los líderes europeos hicieron a la Comisión para diseñar una estrategia común en materia energética y reiteró que mantener 25 mercados de la energía supondría "cuestionar los principios del mercado interior".
Durao Barroso advirtió de que actuar así "sería cuestionar los principios del mercado interior". Recordó que el Libro Verde recoge la propuesta de la Comisión a los 25 de crear un regulador europeo del mercado energético para que supervise todas las operaciones transfronterizas del sector y potencie la interconexión entre países.
También hizo hincapié en la tendencia a la concentración entre las empresas energéticas de la UE y destacó que en los dos primeros meses del año ha habido fusiones y adquisiciones por una cifra récord, que supera a la registrada en todo el 2000, cuando se alcanzó la cantidad más alta en estas operaciones.
El presidente de la CE habló de la parte positiva de la situación y dijo que, en estas circunstancias, los Veinticinco tienen "todas las bazas" para dotarse de un enfoque paneuropeo en materia energética.