Todos los esfuerzos se dirigen a salvar a la mayor aseguradora del mundo. La quiebra de AIG puede ser el golpe de gracia definitivo para el agónico sistema financiero internacional, por ello la Casa Blanca no descarta acudir a su rescate para evitar un desastre mayor. Sin embargo, pese a la delicada situación, la bolsa española ha decidido ir a contracorriente y es la única europea que ha cerrado en positivo aunque con una subida insignificante. Los préstamos milmillonarios a las entidades financieras por parte de los bancos centrales europeo y norteamericano apenas han insuflado confianza a los inversores. El dinero no fluye con alegría y eso lo notan tanto las empresas como los ciudadanos.AGENCIA ATLAS