Acuciado por la crisis, la caída de las ventas y las necesidades financieras, General Motors hace tiempo que no es lo que era. Las condiciones que le imponen para poder recibir los 3.000 millones de ayuda pública que eviten su quiebra y la apuesta por el coche eléctrico la harán irreconocible en un futuro. Pero por ahora, GM ha perdido uno de sus símbolos: después de 77 años ya no es el mayor fabricante de automóviles del mundo.
La japonesa Toyota con 8,92 millones de coches vendidos en 2008 se ha convertido en el líder mundial del sector, destronando al buque insignia de la industria de Detroit, que ha fabricado 8,35 millones. La caída de las ventas en medio de la crisis ha afectado a las dos empresas, pero mientras GM caía un 11% Toyota lo ha hecho en un 4%, dato que supone su primera caída en ventas en 10 años pero que no frena su meteórica ascensión: desde 1999 sus ventas han aumentado un 70% gracias a sus vehículos más eficientes en el uso de combustible.
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Paradójicamente, General Motors, cuya financiera ha estado también al borde de la quiebra, ha seguido aumentando sus ventas en Asia, América Latina, África y Oriente Próximo, donde ha concentrado el 64% de las operaciones, según los datos publicados este miércoles por la compañía. Esta situación revela una cambio de tendencia en el consumidor estadounidense (donde GM pierde realmente clientes) que prefiere ahora coches más pequeños y eficientes.
Por ahora, en Toyota huyen del triunfalismo: "El colapso de las ventas en EE UU elimina por completo cualquier alegría por el hecho de que Toyota se haya convertido en el primer fabricante de automóviles del mundo", ha asegurado el ejecutivo de la marca japonesa Mike Jackson en una entrevista para Bloomberg Televisión. "La industria del automóvil está en plena confusión", ha añadido.