Al calor del recorte en el número de turistas que visitan España, las pernoctaciones en establecimientos hoteleros han cerrado 2009 con un descenso del 6,6% con respecto al a 2008 hasta los 251,9 millones. Pese a la caída registrada durante el pasado ejercicio, un "año para olvidar", según describen desde el propio sector, el dato es relativamente mejor que en 2008, cuando se desplomaron un 12% por las dificultades para adaptarse al deterioro del mercado tras los niveles récord alcanzados en 2007.
Además de la resistencia del sol y playa español, otra de las razones que explican esta moderación en las pernoctaciones está en que los hoteles y demás establecimientos han optado por hacer frente al menor número de visitantes bajando los precios, que descendieron un 5,6% de media. No obstante, esta política repercutió en los ingresos hoteleros, que se recortaron más que en 2008 con un retroceso del 4,4% de media, frente al 2,0% del ejercicio anterior. Lo que se ha agravado por el hecho de que también se han ofertado más plazas, un 1,3% hasta las 1.362.877.
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Gracias a este abaratamiento, el sector ha podido enjugar parte del retroceso en la llegada de turistas extranjeros, del 9,1%, con mejores ofertas a los clientes residentes en España, cuyas estancias caen menos que entre los foráneos con un 3,2%. En ambos casos, las cifras de 2009 se sitúan por debajo de las de 2008.
En cuanto a los destinos, Mallorca siguió siendo la comunidad con un mayor número de pernoctaciones. Mientras, en lo referente a los mercados emisores, alemanes e ingleses se mantienen como los principales clientes, con un 28,1% y el 26,1% del total, aunque en los dos casos han registrado caídas superiores al 10% por el deterioro de la economía de Alemania y la depreciación de la libra frente al euro.
Según el lobby turístico Exceltur, el PIB turístico cayó un 5,6% en 2009, dos puntos por debajo de lo previsto para la economía española y una décima menos de lo calculado por este organismo hace seis meses. Esta bajada supone una pérdida de 6.380 millones y la desaparición de 51.000 empleos. Durante el pasado ejercicio, visitaron España 52 millones de turistas, cinco menos que en 2008.