La Comisión Europea debe decidir mañana si Estonia cumple los criterios de convergencia para adoptar el euro. Lo haría, de refrendarse esta decisión, a partir del 1 de enero de 2011.
Aunque fuentes diplomáticas indican que las turbulencias en la eurozona desaniman a los líderes europeos a aprobar nuevas ampliaciones, el presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, ha dicho este martes que "las condiciones para entrar en el euro siguen siendo las mismas". Y el país báltico las reúne.
Salvo sorpresas de última hora, se espera que el dictamen de Bruselas sea positivo, ya que Estonia registró el año pasado un déficit público del 1,7% del PIB. Su deuda es tan sólo del 7,2% del PIB. De hecho, Estonia es el único país de la UE, junto con Suecia, cuyo déficit no superará ese año el límite del 3% del PIB que marca el PEC.
Pero el comisario de Asuntos Económicos alertó la semana pasada de que la entrada de Estonia en la eurozona "no está hecha". Y requerirá la aprobación de los líderes europeos en la cumbre de junio.