Ni en su lecho de muerte pudo George Harrison escapar a las miserias de la fama. Los herederos del ex beatle, fallecido de un cáncer de pulmón en 2001, han acusado al médico que le atendió en su lecho de muerte de revelar información confidencial sobre el moribundo y de aprovechar su estado de debilidad extrema para obligarle a firmar autógrafos.
MÁS INFORMACIÓN
- El misterio rodea la última despedida a George Harrison
- George Harrison, el 'beatle' discreto, muere a los 58 años
- La tercera vía de Harrison
- Paul McCartney está "muy triste y destrozado" por la muerte de su amigo
- El 'beatle' George Harrison muere víctima de un cáncer a los 58 años de edad
- La familia de George Harrison despide en la intimidad al ex 'beatle'
- Una vela para George Harrison
- La reina Isabel II condecorará póstumamente a George Harrison
Según el diario británico Daily Telegraph, el doctor Gilbert Lederman incluso llevó a su hijo de 12 años al hospital para que tocara la guitarra en presencia del cantante, a quien luego pidió que escribiera su nombre el instrumento. Los abogados le reclaman ahora 5,5 millones de libras esterlinas (7,9 millones de euros) en concepto de indemnización por daños y la devolución de todos los autógrafos firmados por el cantante, incluido el que estampó en la guitarra.
Harrison se resistió a las peticiones del médico, según el testimonio de la acusación, y le dijo que apenas podía deletrear su nombre pero el doctor le cogió la mano y le forzó a hacerlo. "Vamos, tú puedes", le animaba mientras el moribundo Harrison firmaba la guitarra con evidente disgusto.
"Tú puedes"
El abogado defensor, por su parte, asegura que Lederman no actuó con ánimo de lucro y que Harrison obró movido por la gratitud que sentía hacia su doctor. Lo cierto es que, si gana finalmente el juicio, dicha gratitud puede hacer millonario a Lederman. Recientemente un autógrafo del cantante se ha vendido por 400.000 dólares (algo más de 300.000 euros).
Pero no se quedan ahí las imputaciones contra el doctor. Según la acusación, Lederman también aprovechó la presencia de tan ilustre paciente en su hospital para hacer publicidad del centro mientras revelaba información reservada sobre Harrison. El Departamento de salud del Estado de Nueva York, donde se encuentra el hospital, le condenó de hecho a pagar un multa de 5.000 dólares por hacer declaraciones a la prensa, multa que el médico ha accedido a pagar.