El juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo, que investiga los atentados del 11-M, pretende aclarar las contradicciones que existen por una conversación mantenida dos días después de la matanza entre los imputados Antonio Toro y el confidente Rafá Zouhier. En el encuentro, Toro reconocía que su cuñado, Emilio Suárez Trashorras "estaba muy nervioso porque los moros han podido cometer el atentado de Madrid".
El juez del Olmo ha citado además como testigo a un capitán de la Guardia Civil destinado en Asturias a quien su subordinado, el capitán Campillo, denunció la trama de venta de explosivos.
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El testigo citado para hoy llegó a asegurar que Campillo era "un pelma" por la insistencia de éste por denunciar la trama de venta de explosivos.