La sala especial de los Juzgados de lo Penal de Madrid ha condenado a tres años de cárcel y a cuatro de inhabilitación profesional al cirujano Gerardo Raúl Senderowicz Hendler, en cuya consulta clandestina Icema encontró la muerte Débora Catalán, de 36 años, tras someterse a una operación de liposucción. Además, le obliga a pagar una indemnización de 130.000 euros a la familia de la fallecida. El tribunal absuelve a su ayudante, la doctora Victoria Bonne.
Catalán, bisnieta de célebre pensador Ramón Menéndez Pidal, falleció, según quedó establecido en el juicio, a causa de una inyección masiva de lidocaína y mepivacaína, dos sustancias anestésicas que le fueron inyectadas en la consulta de Senderowicz cuando, el 25 de enero de 2002, acudió a su clínica clandestina para someterse a una liposucción -operación para reducir grasas. Antes de la operación Catalán comenzó a sufrir convulsiones y entró en parada cardiorrespiratoria. Aunque el doctor intentó reanimarla, no lo consiguió, y cuando llegaron los facultativos de urgencia, sólo pudieron certificar el fallecimiento.
La autopsia reveló que la sangre de la paciente contenía 16,2 microgramos de mepivacaína por mililitro, una dosis muy tóxica para el cuerpo humano, y otros 4,9 microgramos de lidocaína, también una cantidad alta, pero no tóxica. Durante el juicio, unos técnicos determinaron que Débora falleció por una dosis tóxica de anestésico.
Tanto Senderowicz como su ayudante estaban acusados de un delito de homicidio por imprudencia profesional grave y la fiscalía y la acusación popular y particular solicitaban para ambos cuatro años de cárcel y seis de inhabilitación profesional. Finalmente, condena al médico a 3 años de cárcel y 4 de inhabilitación, mientras que absuelve a la doctora Victoria Bonne. Además, impone al médico el pago de una indemnización de 130.000 euros a la familia de la víctima -70.000 al padre y el resto, 10.000 a cada uno de sus hermanos.