El cambio de dirección del viento dificulta las tareas de extinción del incendio que permanece activo entre las provincias de Cáceres y Toledo y que hasta el momento ha afectado en torno a 2.500 hectáreas de bosque mediterráneo, pastos y monte bajo.
El fuego obligó a desalojar a 153 vecinos, de los 600 residentes en la localidad de Puerto de San Vicente (Toledo), que recibieron avituallamiento y fueron alojados en casas de particulares, un hostal y una residencia de la población próxima de La Nava de Ricomalillo, según fuentes de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla-La Mancha.
El alcalde de Puerto de San Vicente, Javier González Blanco, se mostró convencido de que el fuego, que llegó a un kilómetro de las viviendas desalojadas, se puede controlar, con los medios disponibles y los cortafuegos realizados en las últimas horas.
El incendio comenzó en la provincia de Cáceres y afectó a partir de las 14:00 horas a una superficie de bosque mediterráneo, pastos y monte bajo del suroeste de la provincia de Toledo, en los términos municipales de Mohedas de Jara y Puerto de San Vicente.
En las labores de extinción, trabajan doce agentes medio ambientales, cuatro técnicos, siete retenes, siete motobombas, diez máquinas pesadas y una BRIF del Ministerio de Medio Ambiente. Los efectivos proceden de las comunidades de Extremadura, Castilla-La Mancha y Madrid, que ha aportado dos máquinas pesadas para elaborar cortafuegos.
Por otra parte, las mismas fuentes han precisado que el incendio que se declaró a las 14:21 horas de ayer en una zona de monte bajo y matorral en Calzada de Calatrava (Ciudad Real) se intentará controlar esta noche, con siete máquinas pesadas, nueve cuadrillas retenes, seis motobombas y dos móviles.