Miguel R. J. meditó su huida de los calabozos de los juzgados de Sevilla el pasado martes, y dos días después se entregó en la misma zona de donde había huido a la carrera. Un policía le detuvo hoy a las 13.00 en las inmediaciones de los juzgados donde había ido a entregarse después de su sorprendente huida en taxi, tras esquivar la persecución de dos agentes de la policía y un guardia civil.
El joven, de 19 años, iba a ingresar en prisión por un delito de robo con fuerza, cuando huyó tras simular un ataque de ansiedad y lograr que los policías le quitaran las esposas. Ahora será acusado de un delito de evasión, de atentado contra la autoridad y un último delito de lesiones, y está a la espera de pasar a disposición del juzgado de guardia sevillano.
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El pasado martes, cuando dos policías trasladaban al joven delincuente, que cuenta con antecedentes por robo con fuerza, otro detenido empezó a gritar al alegar que necesitaba ayuda urgente y ver a un médico. Cuando uno de los dos agentes se acercó a la celda de este segundo detenido, Miguel R. J. aprovechó para arremeter contra el otro policía que cayó al suelo del empujón, y comenzar su huida hacia fuera de los juzgados. Los agentes le persiguieron, pero el joven corrió más que nadie hasta lograr tomar un taxi en la Avenida de Portugal, cercana a los juzgados.