El médico personal de Michael Jackson, Conrad Murray, detuvo la reanimación cardiopulmonar que le practicaba al cantante horas antes de su muerte y retrasó la llamada a urgencias para darse tiempo de esconder los fármacos presentes en la habitación.
Así informa la agencia Associated Press, que indica que los nuevos datos han sido dados a conocer por Alberto Álvarez, el director de logística del cantante, que declara que estuvo en la habitación donde el doctor Murray, acusado de homicidio involuntario y en libertad bajo fianza hasta que se produzca el juicio el próximo 5 de abril, intentó reanimar a Jackson.
Álvarez ha declarado a las autoridades que cuando entró en la habitación donde yacía Jackson, éste tenía la boca medio abierta, los ojos abiertos, una vía intravenosa en la pierna y no presentaba signos vitales aparentes. Él vio a Murray dando respiración boca a boca al cantante.
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Dos de los hijos de Jackson, Prince y Paris, entraron entonces en la habitación llorando al ver cómo el médico intentaba salvar la vida de su padre y una niñera fue enviada para llevarlos afuera y acompañarlos a esperar dentro de un automóvil.
Según la declaración de Álvarez, cuando entró en la habitación preguntó a Murray qué había pasado, a lo que éste contestó: "Ha tenido una reacción, una mala reacción". Después, el médico recogió algunos frascos y le dijo a Álvarez que los metiera en una bolsa. Murray también le pidió que pusiera un maletín que contenía vías intravenosas en otra bolsa, según informa la CNN.
Dos días después de la muerte de Jackson, tras varias horas de interrogatorio con la policía, Murray dirigió a las autoridades a un armario de esa habitación, donde se encontraron propofol y otros sedantes en una bolsa. Según la declaración de Álvarez, Murray aguardó a que las bolsas estuvieran llenas para realizar la llamada a urgencias.
Miranda Sevcik, portavoz de la defensa, dijo que la filtración de esa información tuvo que ser realizada por la acusación. "Estas tácticas ridículas de la oficina del fiscal del distrito no tienen otro objetivo que echar una ojeada a nuestra defensa, porque no tienen la seguridad necesaria en su propio caso para condenar al doctor Murray", sostuvo Sevcik. "No vamos a picar el anzuelo", añadió.